La gestión algorítmica del trabajo

La clasificación correcta de los trabajadores y trabajadoras en plataformas es fundamental para que se respeten sus derechos laborales y para que no asuman riesgos y responsabilidades que corresponden a las empresas.

Foto Rafael Vilela
Fotos Rafael Vilela

Organización del trabajo,Control y Autonomía

En una actividad económica, es de fundamental importancia comprender los distintos roles que desempeñan las empresas y los empleados.

En términos generales, las empresas son responsables del diseño, la organización, la dirección y el control de una actividad económica. Tienen autonomía para decidir sobre las inversiones, asumen riesgos financieros y obtienen los beneficios.

Por otro lado, los empleados deben seguir las instrucciones, normas y órdenes de las empresas para que dicha actividad se lleve a cabo. Están sometidos a la gestión, el control y la supervisión de la empresa, además de que su trabajo es supervisado y evaluado y reciben salarios por las actividades que realizan.

Estos poderes de control, supervisión, gestión y sanción que se concentran en el ámbito del empleador pueden ejercerse de forma presencial, a distancia o incluso por medios electrónicos.

Gestión algorítmica y falsa autonomía

La pieza central del modelo de trabajo en plataformas digitales es la denominada gestión algorítmica del trabajo.

En los últimos quince años, diferentes plataformas digitales han implementado una gestión algorítmica del trabajo, capaz de dirigir, gestionar, organizar, supervisar, fiscalizar, sancionar y controlar una serie de actividades necesarias para el desarrollo de una actividad empresarial, como por ejemplo:

  • Contratar trabajadores y trabajadoras;
  • Realizar cursos de formación;
  •  Dar instrucciones;
  •  Asignar clientes a los trabajadores;
  •  Supervisar a los trabajadores y trabajadoras.
  •  Establecer el precio de los servicios ofrecidos;
  •  Calcular la remuneración de los trabajadores y trabajadoras;
  •  Medir la productividad de los trabajadores y trabajadoras.
  •  Recompensar y castigar a los trabajadores y trabajadoras;
  •  Despedir a trabajadores, entre otras actividades.

Mediante sofisticados dispositivos electrónicos y recursos informáticos, muchas plataformas digitales logran, en tiempo real, capturar una inmensa cantidad de datos, procesarlos, crear perfiles digitales y tomar decisiones de forma automatizada en función de los intereses de las empresas.

De este modo, incluso a distancia y sin la presencia visible de un ser humano, diversas plataformas digitales tienen la capacidad de dirigir, controlar, supervisar y evaluar las diversas actividades de los trabajadores, incluyendo la aplicación de sanciones cuando no se cumplen las normas estipuladas por las empresas.

Cuando los trabajadores desarrollan sus actividades sometidos a la gestión algorítmica de plataformas que controlan, organizan, supervisan y fiscalizan su trabajo, no participan en ninguna decisión relacionada con la actividad.

empresarial y no se quedan con las ganancias del negocio, es decir, actúan como verdaderos empleados y no como autónomos.

Sin embargo, bajo una «falsa autonomía», los empleados no solo no ven respetados sus derechos laborales y de seguridad social, sino que también están sometidos a un sistema que a menudo les obliga a asumir los riesgos y los costes de una actividad empresarial, sin tener una independencia real y sin recibir los beneficios.

Esto se debe a que, de esta manera, ellos (ellas):

  • No se respetan sus derechos como trabajadores y trabajadoras;
  •  No ejercen una actividad empresarial genuina; y
  •  En muchos casos, asumen los costes y riesgos financieros de las empresas que han creado las plataformas, sin participar en sus ganancias ni decidir sobre sus inversiones.
Foto Rafael Vilela

97%

Los conductores de transporte privado de pasajeros a través de plataformas afirman que el valor que reciben por el trabajo realizado lo determina la plataforma.

80%

Los repartidores que trabajan para plataformas afirman que el plazo para realizar las tareas o actividades laborales lo determina la plataforma.

85%

Los repartidores de plataformas afirman que es la empresa la que determina los clientes a los que se debe atender.

IBGE – PNAD Contínua Teletrabajo y trabajo a través de plataformas digitales – 2022

Los retos de la gestión algorítmica del trabajo

La gestión algorítmica en el contexto de las relaciones laborales ha planteado retos que afectan a los trabajadores, los tribunales y los gobiernos.

El primero se refiere a la forma en que muchas plataformas digitales clasifican a su fuerza laboral como autónoma o incluso como cliente de las plataformas.

Sin embargo, los tribunales de diferentes países han destacado aspectos de la gestión algorítmica y del modelo de negocio de varias plataformas para denegar esta clasificación de la mano de obra como autónoma. Los tribunales europeos han señalado, por ejemplo, que muchas plataformas integran a los trabajadores en su organización; y/o dirigen y controlan sus actividades; y/o restringen la autonomía de sus trabajadores, etc., pero no los clasifican como empleados, sino como autónomos.

Al mismo tiempo, algunos gobiernos han tratado de reforzar la lucha contra la falsa autonomía en el trabajo a través de plataformas digitales, creando leyes específicas destinadas a regular las relaciones laborales en las plataformas digitales.

El segundo reto que plantea la difusión de la gestión algorítmica es su falta de transparencia.

Los sistemas creados por diversas plataformas recopilan una serie de datos sobre los trabajadores, crean perfiles sobre ellos e implementan decisiones automatizadas.

Sin embargo, en la mayoría de los casos, los motivos y la forma en que se lleva a cabo no están claros. No siempre hay información completa, por ejemplo, sobre los tipos de datos que se recopilan, en qué momento se recopilan, con qué fines, dónde y durante cuánto tiempo se almacenan, quién tiene acceso a ellos, etc. Estas cuestiones, que afectan al funcionamiento de las plataformas digitales, pueden influir en los aspectos más diversos del trabajo: desde la remuneración de los trabajadores hasta una posible expulsión de la plataforma.

La cuestión de la transparencia, por otra parte, también ha sido objeto de atención por parte de los tribunales y los gobiernos.

Los trabajadores y sus representantes han estado buscando, por vía judicial, acceso a la información sobre cómo funciona realmente la gestión algorítmica y han cuestionado las decisiones automatizadas implementadas por las plataformas.

Por su parte, existen iniciativas legislativas que pretenden regular sustantivamente la gestión algorítmica del trabajo, restringiendo su actuación, haciéndola transparente y supervisando eficazmente su funcionamiento.

Los tribunales europeos y la gestión algorítmica del trabajo

La introducción de la gestión algorítmica del trabajo por parte de diversas empresas ha traído consigo una serie de retos para los trabajadores y las autoridades públicas de todo el mundo.

En particular, la cuestión de la clasificación correcta de los trabajadores, sobre todo de las plataformas digitales más emblemáticas de transporte privado o de reparto de comida a domicilio, ha exigido a los tribunales de varios países diversos análisis y decisiones sobre la gestión algorítmica del trabajo implementada por muchas plataformas.

Ante tales retos, una primera y fundamental cuestión que se plantea es la forma en que las plataformas digitales designan contractualmente las relaciones que establecen con sus trabajadores. Los tribunales de todo el mundo, aunque no descartan por completo lo estipulado en los contratos redactados por las plataformas (condiciones de uso), predominantemente de forma unilateral, se centran en las relaciones fácticas establecidas entre las partes para decidir sobre la clasificación de los trabajadores.

En primer lugar, esto implica afrontar un problema específico planteado por diversas plataformas digitales: la opacidad de la gestión algorítmica, es decir, la resistencia de muchas empresas a facilitar información sobre el funcionamiento interno de sus sistemas.

Sobre esta cuestión, un punto clave, reconocido por varios tribunales, es la importancia que tienen las propias plataformas digitales para el modelo de negocio de muchas de estas empresas, es decir, la forma en que, para muchas de ellas, el principal medio de producción de la actividad desarrollada es la propia plataforma, que organiza los diversos aspectos de la prestación de un servicio. Los coches, las motocicletas o las bicicletas, por ejemplo, aunque son indispensables para el trabajo, son secundarios en comparación con la importancia de las propias plataformas digitales. Para los tribunales que se han ocupado de esta cuestión, esto ha sido fundamental para indicar que, a pesar de que estos instrumentos secundarios son propiedad de los trabajadores, no pueden considerarse indicativos de un trabajo autónomo.

Por otro lado, el reconocimiento de la plataforma como principal medio de producción también es importante porque indica la necesidad de realizar un análisis detallado de la forma en que muchas plataformas gestionan algorítmicamente su mano de obra.

Varios tribunales han indicado que la libertad de conectar o desconectar una aplicación o de aceptar o rechazar pedidos enviados por medios digitales no son elementos suficientes para designar a un trabajador como autónomo. Es más, han entendido que ciertas plataformas aplican sanciones para restringir la posibilidad de que los trabajadores rechacen los servicios transmitidos por las aplicaciones o utilizan bonificaciones, formas de clasificación, promociones, etc. para que permanezcan conectados el mayor tiempo posible a los sistemas de las empresas.

Incluso a distancia y sin la presencia visible de un ser humano, al capturar y procesar una gran cantidad de datos de trabajadores y clientes, la gestión algorítmica de las plataformas es capaz de dirigir y controlar eficazmente los diversos aspectos de la prestación de un servicio: gestionar la asignación de clientes a un trabajador; determinar las normas, las formas y los plazos que consideran adecuados para la ejecución de un servicio; calcular los precios que se cobrarán a los clientes y la remuneración que se pagará a los trabajadores; supervisar en tiempo real la ejecución de una actividad; evaluar el trabajo realizado y calcular la productividad de un trabajador; aplicar sanciones, incluido el despido de trabajadores de la propia plataforma.

De esta manera, muchas empresas tienen a su disposición trabajadores que permanecen largas horas conectados a sus sistemas y sometidos a la gestión algorítmica. Esto ha llevado a algunos tribunales a señalar que estos trabajadores están efectivamente integrados en la organización de estas empresas.

Al realizar la actividad principal por la que se conoce a la plataforma —la entrega de comida, por ejemplo— y, en algunos casos, utilizando instrumentos con identificaciones de la empresa, o incluso uniformes, los trabajadores no son reconocidos como propietarios de sus propios negocios, sino que se les confunde con la propia marca de las plataformas digitales, lo que algunos tribunales también han considerado como un indicio de integración en la organización de la empresa.

El punto fundamental de esta integración, sin embargo, remite una vez más a la gestión algorítmica y al papel central que desempeñan muchas plataformas en el modelo de negocio de estas empresas. Como han reconocido algunos tribunales, no existe una actuación genuinamente empresarial o independiente por parte de los trabajadores, ya que dependen de un sistema de algoritmos no transparente que restringe sus posibilidades de optimizar de forma independiente su actividad y sus ganancias, y que, además, es diseñado y modificado unilateralmente por la empresa.

En estos casos, se establece una relación que puede agravar aún más la situación del trabajador, ya que asume responsabilidades como, por ejemplo, los costes de los instrumentos y materiales de trabajo y la fluctuación de la demanda de los servicios ofrecidos, sin poder decidir, o con su independencia seriamente limitada, sobre cuestiones como los valores de sus servicios, el modo de ejecución, la posibilidad de crear una cartera de clientes propia, etc.

Teniendo en cuenta estos diversos aspectos, que obviamente deben analizarse caso por caso, existe una tendencia entre los tribunales europeos, en particular en las decisiones de última instancia, a rechazar la clasificación que ciertas plataformas hacen de sus trabajadores como autónomos. La preocupación aquí, por supuesto, es la protección de los derechos de estos trabajadores, reconociendo, en algunos casos, la necesidad de que la jurisprudencia actualice y refine sus análisis para impedir el aumento de la precariedad laboral.

Por otro lado, recientemente, la Unión Europea aprobó una directiva que regula el trabajo en plataformas, que será implementada por los 27 Estados miembros de la región, y que busca tanto fortalecer a las autoridades públicas en la verificación de la relación laboral en los trabajos en plataformas, como regular sustantivamente la gestión algorítmica, restringiendo su actuación, supervisándola y buscando hacerla más transparente.

Centro de preferencias de privacidad